El nuevo acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá – T-MEC –  entró vigor el 1 de julio de este año, finalizando 25 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Con las nuevas reglas se esperan beneficios al sector automotriz y a la creación de nuevas pequeñas y medianas empresas que generen más empleos en la entidad.

Bajo las reglas del nuevo acuerdo, un vehículo producido en México, Canadá o Estados Unidos podrá exportarse libre de aranceles entre los países firmantes, entre otras condiciones, cuando el 75% de su contenido sea fabricado en cualquiera de las tres naciones. Además, dependiendo del modelo, cuando entre el 40% y 45% del valor del vehículo sea producido por empleados que perciban al menos 16 dólares la hora, lo que viene a mejorar el nivel de ingresos de los trabajadores.

En la entidad el inicio de la historia del sector auntomotriz se ubica en los años 90 con la llegada de la empresa Delphi a Los Mochis. El crecimiento de esta nueva actividad económica en 20 años se ha consolidado principalmente en la regiones norte y centro norte del estado donde ha encontrado una mano de obra de alta calidad y un ambiente de negocios facilitador apoyados por el CODESIN, logrando la retención, crecimiento e instalación de nuevas empresas como Walbro (Los Mochis), Insertech (Culiacán) y Sumitomo (Guasave, Los Mochis y El Fuerte).


Planta Sumitomo 4 en Los Mochis

De los 823 millones de dólares que representaron las exportaciones del sector industrial en Sinaloa en el año 2019, la fabricación de equipo de transporte significó 140.4 MDD, el 17.1% del total, de acuerdo a datos del INEGI.

Javier Lizárraga Mercado, Secretario de Economía de Sinaloa, mencionó que considera que el T-MEC va a impactar positivamente a la entidad al generar certidumbre y confianza en el comercio bilateral con Estados Unidos y Canadá, el cual representó en 2019, el 79.8% (3 mil 140 millones de dólares) del total de las exportaciones de la entidad (de acuerdo a datos de la Secretaría de Economía).

Los arneses, el producto automotriz que se fabrica en Sinaloa -explicó el funcionario-  requieren de un precio muy competitivo en cuanto al costo de la mano de obra, pues se requiere de un volumen grande de trabajadores para fabricarlos, situación con la que difícilmente podrán competir Canadá y Estados Unidos, por lo que el reto principal será para los fabricantes de productos con un nivel de integración más avanzado, como las ensambladoras de Nissan en Aguascalientes y Ford en Hermosillo.

Para el economista Gerardo López Cervantes, asesor del Consejo para el Desarrollo Económico de Sinaloa, el T-MEC ayudará a reducir la dependencia de importaciones que provienen de naciones que no pertenecen al tratado, porque los bienes que ahora se producen en cualquier de los tres países serán suministrados por insumos que se produzcan en ellos, lo que contribuirá a una una mayor integración del proceso productivo.

“México va a tener que trabajar mucho en la reducción de la dependencia de insumos que provienen de China particularmente, para efectos de desarrollar sus procesos productivos, y ahí nacen oportunidades para el desarrollo de muchas empresas y el desarrollo industrial de México, porque si empiezas a producir aquí los bienes que se han venido importando y los insumos, pues se va a reducir la dependencia al exterior, la transferencia de capital al exterior, y también se logrará fortalecer la base para la generación de puestos de trabajo en el país, y la creación de más PYMES para desarrollar y producir aquí los insumos”, agregó.

Germán Rivera, Director Ejecutivo del CIT Sinaloa, organismo especializado en la atracción de inversiones, cuenta que esta organización trabaja desde hace dos años en una estrategia de sustitución de importaciones para lograr que lo que se hace de manufactura fuera de México se haga en Sinaloa, y el T-MEC viene a reforzar este esfuerzo. Añadió que a la coyuntura se suman fenómenos económicos como el reshore (relocalización), en el que inversiones que se fueron a Asia, hace algunos años por los bajos costos laborales, principalmente a China, están regresando a sus lugares de origen por factores como el aumento en el costo de la mano de obra, la guerra de tarifas entre el país asiático y Estados Unidos, y las medidas nacionalistas de Donald Trump en el caso de los capitales estadounidenses, por lo que coincide en que esta regla de contenido regional va a promover que se generen nuevas empresas y negocios porque quienes estén importando ahora tendrán que manufacturar en México.

Aunque precisó que los negocios tienen entre 3 y 7 años para transitar a estas nuevas reglas (dependiendo del tipo de vehículo al que suministran), Rivera añadió que, en ese éxodo de empresas hacia México que supone la entrada en vigor del T-MEC, el CIT-Sinaloa buscará crecer la base de organizaciones proveedoras para que en el estado se fabriquen piezas grandes como transmisiones y motores, para que la entidad pueda ser atractivo para las armadoras. Así como lo hizo Ciudad Juárez con la empresa BRP, que ya tiene dos plantas de vehículos recreativos en esa localidad gracias a la base de proveeduría con la que cuentan.

El principal riesgo para el T-MEC, coincidieron Germán Rivera y López Cervantes, es el gobierno de Donald Trump, ante un intento de diseñar medidas que perjudiquen la relación comercial e implementarlas de manera unilateral. Contra esto será importante que México y Sinaloa diversifiquen sus exportaciones.

 
 Germán Rivera y Javier Lizárraga           Gerardo López Cervantes